Y Werther volvió a enamorarme

Haciendo balance de todos estos años en el que he estado (y estoy) sumergida dentro del fascinante mundo de la ópera, me pregunto cuántas óperas interesantes no he escuchado aún. Es cierto que todo aficionado tiene una ligera inclinación hacia un determinado corriente operístico y hacia algunos compositores de los mil que se dedicaron a esta ardua labor de componer ópera.

En algunos casos, puede ser que el oyente sea un poco reticente a acercarse a aquello que de entrada desconoce, esto nos pasa a todos. Por otro lado, aún quedándonos fieles a nuestros -vamos a decir, principios o gustos operístcos- decidimos apostar y tirarnos de cabeza a descubrir un nuevo repertorio y a gozar de aquello que, por estúpidos prejucios nos hemos cerrado en banda a escuchar.

Cuando se produce este hecho, y descubres músicas tan maravillosas como "Werther" es cuando dices "Cómo he podido vivir tantos años sin escuchar esta ópera".

Sinceramente, años atrás, a pesar de tener la grabación de "Werther", me interesaba únicamente la conocida aria "Pourquoi me réveiller". Además tenía grabada una fantástica versión de la ópera interpretada por el maestro Kraus que en su día se pasó por el Canal 33 y aunque la había vista, confieso que obligada- no acabó de convercerme precisamente por desconocimiento musical de la misma.

Pero una noche de domingo del año 99 o 2000, mi vida cambió grácias a un programa de radio en el que, durante una hora se habló y se escuchó esa fantástica música massenetiana. El tenor para la ocasión, Franco Corelli, quizás no demasiado adecuado para el romántico y delicado "Werther". Su "Werther" era todo fuego y pasión y yo en aquellos momentos acaba de descubrir al tenor de Ancona.

Pero más que la voz de Corelli, al que yo asociaba con otro tipo de repertorio, a mí me enamoró la orquestación y música de Massenet, de melodías bellas que tocan la fibra y el alma de aquel que la está escuchando.

En un primer momento, siendo "Werther" una ópera que cita la Navidad, pensé que la mejor época para emocionarme con esta ópera era precisamente en estas fechas.
Meses después, a navidad estaba en la vuelta de la esquina y yo estaba escuchando esta ópera: "Noël! Noël! Jésus vient de naître,voici notre divin maître rois et bergers d'Israël!

Y posiblemente yo estaba escuchando antes de ayer, de nuevo esta ópera a finales de julio porque no sé que me pasa en estas fechas, finales de julio y agosto entero, quizás por el deseo de que venga el frío, que me entra un sentimiento navideño y automáticamente lo asocio a esta ópera. La versión escogida para la ocasión, esta:



Pero para ser justos, mi redescubrimiento del "Werther" se produjo hace dos años viendo un programa de la RAI titulado "Prima della prima" en el que el tenor Roberto Alagna ensayaba, precisamente esta ópera.

Quizás porque Alagna me gusta mucho.
Quizás por algunas de las frases que me calaron mucho(como ésta: "Va! laisse couler mes larmes, elles font du bien, ma chérie!Les larmes qu'on ne pleure pas, dans notre âme retombent toutes, et de leurs patientes gouttes martèlent le coeur triste et las!-es decir- ¡Vete! ¡Deja correr mis lágrimas!¡Son buenas, cariño!.Las lágrimas que no desahogamos nos caen todas dentro del corazón, y sus pacientes gotas, martillean el alma triste y cansada).

Quizás por el momento en que me encontraba, o por muchas otras cosas, pero recuerdo de una manera tan especial esa tarde que, al día siguiente necesitaba repetir, pero no el especial, sinó escucharla entera. Y por quién mejor que con el Werther de antonomasia que es ALFREDO KRAUS.

Y sin ser yo entusiasta del tenor canario, Kraus me emocionó. Disfruté tanto su Werther que tengo que reconocer que él ES WERTHER. Capta tan bien la mentalidad del personaje romántico y torturado que después de haber escuchado su versión es difícil que ningún otro cantante pueda superarle.

Cuando escuchas este personaje en la voz de Kraus y al cabo de un rato lo comparas con, por ejemplo, Alagna o Domingo, te das cuenta enseguida de lo que quieres oir en la boca de Werther.

Posiblemente de los dos citados, sea Alagna el que por voz se adapte más a la fragilidad del personaje, pero a pesar de esto, está lejos de la concepción krausiana.

Lo mismo ocurre con Plácido Domingo, que hace de Werther un personaje más pasional que romántico, más posesivo que frágil y torturado, pero a años luz de la interpretación psicológica de Kraus.

Ahora bien, a pesar de que pienso que Werther es para Kraus, escuchando a los otros dos y con días de diferencia, que ya no tenga el referente del maestro canario en los oídos, sus interpretaciones me conmueven y me gustan.

Y sí, aunque por naturaleza Domingo no sea Werther, logra emocionarme, logra con mucha sabiduría acercarse al romático personaje aportando su sello personal. Logra que cada vez que lo escucho se me ponga la carne de gallina. Y cómo digo, por separado, su Werther me enamora como no podía ser de otra manera.

Werther me gusta, la voy conociendo, -en este último año, quizás más que nunca- y me gustaría conocerla más, sobretodo el último acto que es con el que no acabo de entrar demasiado.

Hay muchas frases que me emocionan de esta obra, momentos musicales que llegan a lo más profundo de mi corazón, pero a pesar del conocido "Pourquoi", quizás uno de los momentos más sublimes de la ópera sea el dueto primero entre Werther y Charlotte del primer acto, donde Massenet hace un tratamiento extraordinario de la música en la introducción orquestal y la frase de Werther "Que m'importe à moi le sommeil? Les étoiles et le soleil peuvent bien dans le ciel tour à tourreparaître" es imposible que no logren conmoverte, a pesar de que quien las escuche no conozca la obra.

Si quien la oye por primera vez se emociona, imaginaros la reacción que provoca entre aquellos que si la conocemos.

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