Plácido en las alturas
Hacía algún tiempo que no
escuchaba el disco “De mi alma latina”.
No sé cuantas veces habré
recurrido a él, muchas, quizás haya sido el disco de boleros de Plácido Domingo
que más haya escuchado a lo largo de todos estos años, de esto estoy segura.
Este trabajo llegó a mis
manos en 1994 y enseguida le cogí un cariño especial por un repertorio al que no
estaba acostumbrada a escucharle, pero bastó una sola vez para que el
terciopelo de la voz del tenor madrileño me cautivara.
Hace años ya que grabó
este trabajo, sin embargo ayer mismo volví a redescubrirlo y empecé a apreciar
detalles nuevos, ya escuchados, sí, pero los cuales volví a recordar.
¿Y por qué en las alturas?
Regresaba ayer tarde en
avión después de un día intenso de trabajo y la mejor manera de relajarme en el
vuelo era sin lugar a dudas teniendo a Plácido Domingo cantándome en el oído
todas estas canciones.
Aún escuchando el tremebundo
ruido de los motores del avión el poderío, el fraseo y la belleza de la voz de
Plácido hizo que me olvidara de todo lo demás. Y con este telón de fondo su voz
me puso de nuevo la carne de gallina.
Solo alguien como Domingo
es capaz de conseguir ello y de llegar a su público aún en las condiciones no
más idóneas para escucharle.
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