La tercera juventud de Plácido Domingo

Decía en el anterior post que grácias su legado discográfico y audiovisual, Plácido Domingo será siempre eternamente joven.

Allí, en las estanterías, armarios y cajas de nuestras casas, las grabaciones acumuladas del madrileño nos permitirán gozarle una y otra vez, haciéndole para siempre inmortal, que ya lo es, en el mundo de la ópera.



Hablar a estas alturas de su figura y enumerar sus muchas virtudes, y sus también defectos, es algo que no aportaría nada al lector que se acerque a este rincón que dedico a su figura.

Sin lugar a dudas, Plácido es un ejemplo a seguir para todos los cantantes y dudo que haya alguien en el mundo de la ópera que llegue a hacer la mitad de lo que Domingo ha hecho en todos estos años encima de un escenario.


Y Plácido se mantiene fresco, activo, ilusionado y con un entusiamo digno de envidia por cualquier humano. Un fenómeno sobrenatural, irrepetible.

Ya lo dijo hace muchos años Birgitt Nilson “Dios tuvo un día inspirado cuando creó a Plácido Domingo”, y con esta afirmación, señoras y señores está todo dicho.



Quien diría, viendo este vídeo grabado a principios de junio de este año en la Arena de Verona que nuestro tenor más universal lleva a sus espaldas 71 años. ¿Increíble verdad? Parece un chaval encima del escenario.
Más delgado y con este traje negro que estiliza su figura, Plácido continúa siendo la pesadilla de muchos tenores.

Siempre hemos dicho, y no hace tanto de ello, que al igual que Faust en la ópera homónima de Gounod, Plácido había hecho un pacto con el diablo para mantener su voz fresca y su timbre bello e inconfundible por propia naturaleza.
El pacto con el propio Satán no ha expirado aún sin duda, a la vista está, porque Domingo vive ahora su tercera juventud.  Basta ver este vídeo y comprobarlo.

Sí señor. 71 años cumplidos y excelentemente llevados, y a pesar de su edad sigue siendo el que más me emociona de todos.

¡Grácias Maestro!

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