Un Simon de cine, y nunca mejor dicho
Bendecidos por la nueva tecnología, la ciudad de Sabadell acogía por primera vez en el cine Imperial una retransmisión de ópera vía satélite, en alta definición y en riguroso directo desde uno de los templos operísticos por excelencia, el Teatro alla Scala de Milán.
No ha sido, no obstante, muy difundida esta emisión, pero aún así, tenemos que estar contentos por esta maravillosa iniciativa, que se repetirá en tres ocasiones más, el diez de junio con una “Tosca” desde el Teatro Carlo Felice de Génova, a la que seguirá una zarzuela y un ballet en fechas aún por determinar.
Por lo tanto, la idea es buena y esperamos que tenga una continuidad.
Se anunció, aunque erróneamente, que era el esperado debut mundial de Plácido Domingo en su primer role como barítono verdiano. Evidentemente el que confeccionó el programa no debía saber que el Maestro Domingo ya había debutado este papel baritonal en Berlín el pasado mes de noviembre, personaje que también ha repetido recientemente en el Metropolitan de Nueva York, y siempre con unas críticas excelentes.
Pero esto es lo de menos, sea como sea, lo importante es que la ópera “nos ha llegado” a casa, y cualquier ocasión es buena para disfrutar del arte y la musicalidad del Maestro.
La dirección de escena corría a cargo de FEDERICO TIEZZI y no me acabó de gustar, quizás porque tengo muy en mente la producción metropolitana firmada por el regista Giancarlo del Monaco. Un poco estática y llena de simbologías (cipreses, el espejo final...) que una no sabe bien del todo a que está aludiendo, pero sin embargo no llega a molestar.
El vestuario lo firmaba GIOVANNA BUZZI y es un poco tres cuartos de lo mismo: juega con los colores azul, amarillo y blanco, y, sin ser un Simon de referencia, quería aproximarse al espíritu de la obra.
Se puede decir que la obra empezó bastante puntual con un BARENBOIM en el foso, que no acabó de gustar al público scaligero llegando a ser abucheado en su salida en el segundo acto.
No conozco a la perfección esta ópera verdiana, por tanto no puedo aportar mucho o compararla, inclusive, con otras direcciones, pero si algo sé seguro es que Verdi tiene que sonar a Verdi, y para mí gusto creo que le faltó un poco de arrojo y sentimiento, y quizás un poco más de fuerza.
Pasemos pues a la parte vocal donde sin duda el protagonista principal de la velada era, como no, ni más ni menos que PLÁCIDO DOMINGO.
Pienso que en la actualidad, su voz cuadra muy bien con este personaje, con el Simon Boccanegra mayor – me refiero -, aunque no tanto con el joven Boccanegra que lo enfoca con una tesitura quizás más atenorada.
En los dos actos la voz sonó bien, reposada, fácil. Se nota el parón forzado en su voz y lució unos colores centrales envidiables, y se creció a medida que iba avanzando la obra.
Fue estremecedora su escena en el último acto: la escena de su muerte en la que sacó todo ese espíritu dramático que te hace creíble el personaje. Ayer no era Plácido Domingo, era el dux genovés Simon Boccanegra, siguiendo en la línea que nos tiene acostumbrados.
Su interpretación no defraudó a nadie. Fue el cantante más aclamado en la ronda de aplasos, de la que por cierto, no dieron hasta el final.
La Amelia de ANJA HARTEROS fue segura y completa. Para mí fue una sorpresa, ya que a pesar de no tener una voz de ensueño, el timbre es agradable y cumplió con su cometido.
Posee una voz clara acentuada con algunos oscuros que hacen que cuando la escuchas por primera vez soprendan un poco.
FABIO SARTORI dotó a Gabriele Adorno de una voz tímbricamente rica. La voz no es desagradable, no obstante pasó algún apuro en algún momento de la representación. Es una lástima que su físico no le ayude.
Injustos, para mí, los abucheos a FERRUCCIO FURLANETTO, aunque si bien es cierto que empezó con una voz un tanto rara, sin profundidades, más como “abaritenorada”, pero se creció a medida que iba transcurriendo la ópera.
Uno de los más aplaudidos fue el barítono MASSIMO CAVALETTI que afrontó con gran aplomo el papel de Paolo y el publico milanés supo recompensar.
Al final, aplausos en la Scala y también en el cine para el Maestro.
Y ahora que ya hemos probado la ópera en el cine, queremos más, una temporada estable que vendrá a complementar la oferta operística que cada año proponen desde l´A.A.O.S en nuestra ciudad.
Comentarios
Estic d'acord amb totes les percepcions que fas de la retransmissió d'ahir en cinema.
Plácido Domingo va demostrar un domini absolut de l'escena, controlant tant la veu com el gest d'una manera envejable. L'Anja Harteros em va encantar amb una gran amplitud de veu. També trobo totalment injustificada la xiulada al Ferruccio Furlanetto, em va semblar una actuació la seva, molt correcta i en alguns moments fins i tot brillants. Però el públic de l'Scala ja el coneixem, son imprevisibles i una mica llunàtics i el Ferruccio em sembla que s'ho va agafar amb sarcasme (10 punts per ell). La resta del repartiment correcte al igual que la direcció del Baremboim. I la posada en escena amb alts i baixos, moments bons i d'altres que no entenia res. Malgrat tot una bona vetllada.
Una abraçada
Coincido con tu análisis, si bien a mi Barenboim me gustó, no le pondría ninguna pega. Y, en cambio, el tenor es de lo más soso que he visto en mucho tiempo. Una de mis arias preferidas, el Oh Inferno, la cantó tan mal, pero tan mal, que ya me hizo odiarlo el resto de la representación. Y no eran problemas vocales, sino expresivos y dramáticos. Hoy en día no se puede ya cantar así, se pide más a un cantante.
Don Placi estuvo fabuloso, más vacilante y cansado en la primera parte, pero es cierto que en la segunda se creció enormemente y hubo momentos de quitarse el sombrero. Al final, disfruté!
Personalment semblava que estiguessim al teatre, amb diferència que nosaltres gaudiem d´uns primers plànols sensacionals.
Era la segona vegada que gaudia d´una òpera al cinema, i espero repetir-ne l´experiència.
Gràcies per escriure en aquest raconet dedicat al Plácido Domingo i a l´òpera. Espero comptar d´aquí en endavant amb els teus comentaris.
Una forta abraça, i de nou, benvingut!
Quien ha escuchado las arias del Gabriele Adorno en la voz de Plácido Domingo, no le puede gustar otro tenor.