NOCHE DE ESTRELLAS: PLÁCIDO DOMINGO EN EL STARLITE, 13/8/2024
Uno se puede imaginar que, después de dos años sin verle
en directo, la ilusión que tenía por escuchar de nuevo al grandísimo PLÁCIDO
DOMINGO, era enorme. Y es que dos años son mucho tiempo, pero desde 2019,
las actuaciones del tenor escasean en nuestro país. Por ello, cualquier atisbo
de oportunidad para disfrutarle es altamente aprovechable y recomendable.
Después de su concierto en la Plaza de Toros de la Real Maestranza
de Sevilla en septiembre de 2022 y aún con los resquicios en el ambiente de una
pandemia que parece no tener nunca fin, PLÁCIDO DOMINGO regresaba de
nuevo a España, y por segunda vez consecutiva, en tierras andaluzas para
brindarnos una de esas noches que quedan de por siempre en nuestras retinas y memoria.
Las primeras, gracias a las grabaciones de estranquis que todos, en algún momento,
optamos por hacer porque, ya se sabe que en España tiene que tronar y llover
mucho para que se retransmita por televisión un acontecimiento similar. Y
claro, en los últimos años, de lluvia y truenos, vamos bien escasos. Y, las
segundas, porque hay cosas que no necesitas tener grabadas en tu móvil para
recordar siempre, ya que cada una de las actuaciones de Domingo son únicas y
especiales. Al menos, para mí.
El telón de fondo que PLÁCIDO DOMINGO escogió en
esta ocasión para regalarnos de nuevo su voz fue el Festival Starlite Occident
que hace ya varios años se celebra en Marbella. El entorno, una cantera de
piedra elevada a varios metros que alberga, a parte del espectáculo principal
varias ofertas paralelas de ocio y diversión, a parte de gastronomía.
Discoteca, buenas mesas regadas por excelentes vinos malagueños sirven de
acompañamiento y relleno adicional al concierto para aquellos que, después de
una noche de éxtasis, el cuerpo aún les pide fiesta hasta altas horas de la
bien entrada madrugada del día siguiente.
Bravo para Starlite
Nunca creí que un recinto tan sumamente masificado en el
que se aúnan un sinfín de disciplinas, estuviera tan bien organizado.
Me lo dijeron, e incrédula de mí, lo dudé. Pero lo cierto
es que pudimos acceder al recinto a pie del Festival en el que, desde las 8 de
la noche, la maquinaria ya funcionaba a tutiplén. Restaurantes, bares,
discoteca… todas las piezas del engranaje avanzaban juntas sin necesitad de
aceite. Todo estaba perfectamente calculado y medido. Los accesos al auditorio
al aire libre, con una hora de antelación se hicieron paulatinamente y sin
prisa, llegando a llenar, diría que casi al completo, todas las incómodas
medio-sillas del Festival. Esto último fue, la única nota discordante de la noche,
dado que el recinto no está pensado para que el espectador aguante dos horas
sin solución de continuidad un espectáculo como al que asistí, sino que, me da
la sensación que son asientos de apoyo y tregua para aquel público que asiste a
bailar y a corear las canciones de su artista o grupo favorito. Pero no están
preparadas para estar sentado dos horas, sin que puedas hacer el pertinente
descanso, porque a las 12 de la noche empezada de nuevo el espectáculo en la
discoteca.
Lo segundo que no me gustó es el hecho de que la organización
permitiera entrar a los rezagados de última hora una vez ya había empezado el
concierto. Distraen al público que ya se ha concentrado y está en comunión con
el artista, y supone una falta de respeto para el cantante y para el resto de
público que ha hecho los deberes y estaba allí a una hora prudencial.
Sin embargo, sí que aplaudo la organización del Festival
a la hora de abandonar el recinto. Buena coordinación con los autobuses
lanzaderas que bajan hasta la esplanada para recoger tu coche o para coger el
autobús. Filas separadas por vallas y dirigidas por el “staff” del Starlite. Y
es que si no fuera así, aquello que horas antes era una balsa de aceite, se
hubiera convertido en una selva donde siempre la ley del que tiene más cara,
acaba triunfando.
Así de esta manera, una persona, una camiseta oficial del
Startlite y un móvil contando la gente para encabirla en los autobuses
lanzadera, se convierten en un total acierto organizativo que evita el lío para
dar paso al orden.
Mis felicitaciones.
Como los ángeles
Así es como sonó la ORQUESTA SIMFÓNICA DE MÁLAGA
bajo la batuta del director JORDI BERNÀCER. Y es que ya desde la primera
de las piezas orquestales que sonaron durante la noche, ya se adivinaba el gran
trabajo hecho por el director y todos los matices que le supo sacar a esta
orquesta. Creo que fue una opinión de común denominador. Todo el mundo lo
destacó.
La orquesta sonó ágil, con pulso, con un tempo siempre
adecuado y correcto. Y brilló. Brilló tanto sola como cuando acompañaba a los
intérpretes, y JORDI BERNÀNCER estuvo siempre más que atento a las
interpretaciones de los cantantes. Sabiendo recuperar entradas fuera de tiempo
y cambios imprevistos de tempi.
Disfruté mucho de su trabajo ya desde el “Intermedio” de “LAS
BODAS DE LUIS ALONSO”, pasando por el “Preludio” de “LA REVOLTOSA” o
el no menos aplaudido “Intermedio” de “LA LEYENDA DEL BESO” o el siempre
recurrente “Fandango” de la “DOÑA FRANCISQUITA” ó “EL SOMBRERO DE
TRES PICOS”.
No me extraña en absoluto, después de tener la
oportunidad de verle trabajar en directo que JORDI BERNÀCER sea uno de
los directores con los cuales PLÁCIDO DOMINGO esté trabajando más
últimamente. Y es que esto fue de Maestro a Maestro.
El más esperado de la noche
Sin duda hablo por mí. Con una ilusión tremenda por
escuchar de nuevo a la voz que me acompaña desde hace muchos años, emprendí el
día anterior viaje rumbo a Andalucía, una tierra que nunca deja de sorprenderme
y agradarme. Sus gentes, su saber hacer, su saber vivir, y su carácter y buen
humor, predisponen todo, absolutamente todo, para que, lo que vives allí junto
a ellos, sea imborrable.
Mil quilómetros me separaban de Marbella. Mil quilómetros
que hicimos con enormes ganas. Y es que cuándo lo que te aguarda sabes que va a
hacerte muy feliz, la distancia no importa, no es barrera física para aquellos
que amamos el arte y la voz del incombustible e inigualable, y también, ¿por
qué no? irrepetible PLÁCIDO DOMINGO.
PLÁCIDO DOMINGO, la voz que me llega al alma y que me hace sonreír, la
voz que me hace feliz y que me da vida. Gracias Maestro por, a sus 83 años darnos
todo lo que nos da. Somos realmente afortunados y felices de poder disfrutarlo
aún. Y mientras esto siga así y pueda, allí estaré acompañándolo. Porque lo
disfruto y porque aún tengo aquel gusanillo en el estómago de esos nervios tan
bonitos previos y durante el concierto. Porque la euforia dura una vez pasado
el espectáculo, y porque al finalizar, siempre me quedan ganas de una vez más.
Y siempre me da la sensación de que la anterior será la última. Pero siempre
llega una más, y una más, y siempre hay últimas veces. Siempre digo… y si esta
fuera la última vez… yo quiero estar allí.
Pero el inagotable PLÁCIDO DOMINGO siempre me
regala otra. Gracias Maestro Domingo. Y me va a perdonar, pero, egoístamente, regáleme
aún muchas más, por favor.
Dicho esto, todo lo que pueda decir acerca de lo que se
vive cuando una va a un concierto de este inconmensurable artista es poco. Poco
es también todo lo bueno y grande que se ha dicho ya de este artistazo, si se
me permite el tono coloquial. Lo de menos en estos casos es su edad. 83 primaveras
cuenta ni más ni menos el tenor madrileño. Y sí, es verdad que no es ni una
sombra de lo que fue, pero, su valentía, su arrojo, su pasión, su entrega y sus
ganas, su saber cantar y el timbre cálido de su voz siguen intactas, con las
mismas ansias del novillero que se tira al ruedo por primera vez. Y eso, señoras
y señores míos, es digno de escribirse con letras de oro en los libros de
historia de la ópera.
Noche española
Siendo el programa enteramente dedicado a la zarzuela,
era atractivo más que suficiente para mí para estar allí. Adoro la zarzuela
porque son músicas que he escuchado desde que era una niña. La amo también
porque era la música de mí abuelo. Él me la enseño y con el aprendí a quererla
y a valorarla como género que va en paralelo a la ópera, nunca por debajo como
música inferior. Y si a todo esto añadimos que es PLÁCIDO DOMINGO quien
me ofrece una versión de “Mi aldea” de “LOS GAVILANES” o un emocionadísimo
“Luche la fe” de la “LUISA FERNANDA” entonces ya, a estas alturas y con
lo que llevo escrito, ¿hay alguien a quién no le hayan entrado de ganas de
haber ido al concierto? O… ¿de repetir? (Lástima que no pueda poner aquí algún
emoticono ahora).
Bien es cierto y para ser justos, PLÁCIDO empezó
un poco flojo con las dos primeras romanzas, quizás la exigente “Mi aldea” y “Ya
mis horas felices” de “LA DEL SOTO DEL PARRAL” fueron sus incursiones
menos acertadas de la noche. Sin embargo, fue a partir del dueto de “Hace
tiempo que vengo al taller” de “LA DEL MANOJO DE ROSAS” en que Domingo
cogió volada y, aquello que 10 minutos antes había sido un tanto titubeante, se
convirtió en un “aquí mando yo” y poco a poco, su seguridad se acrecentó y el
artista se relajó para ofrecernos un concierto de un muy buen nivel, siempre
teniendo en cuenta la edad que tiene.
Y esto me gusta recalcarlo. No se le pueden pedir peras
al olmo, pero sí que se puede disfrutar de lo que el olmo te ofrezca y dar las
gracias a Dios por ello, ¿no? Pues yo le doy las gracias y disfruto de lo que
nos da ahora que, aunque parezca poco, para mí, es mucho.
Apoteósico como siempre su “No puede ser” de “LA
TABERNERA DEL PUERTO” que levanta pasiones por ahí donde la canta, así como
su “Amor, vida de mi vida” de “MARAVILLA” del maestro Federico Moreno
Torroba.
La zarzuela, al igual que para mí es la música de mi
abuelo, para PLÁCIDO DOMINGO es la música de sus padres, y para ellos
claro está, hubo un momento de recuerdo, a partir del cual, un emocionado hijo
homenajeó a sus progenitores con un “Luche la fe por el triunfo” de absoluto
manual. Gracias PLÁCIDO.
Artistas invitados
Se cayó del cartel el tenor donostiarra Xavier Anduaga,
quizás debido a su reciente paternidad, y fue sustituido por el jerezano ISMAEL
JORDI que brindó páginas de la “LUISA FERNANDA” como “De este
apacible rincón de Madrid” o la bellísima “Flor roja” de “LOS GAVILANES” de
Jacinto Guerrero, donde Gustavo,
enamorado de Rosaura, le canta todo su amor. Siendo enamorado, y siendo además
un personaje joven, eché en falta un canto más refinado en el que el uso de
recursos como las mezza voci o los piani brillaron por su
ausencia. ¿Tu le chillas a la mujer de la cual estás enamorado, o por el
contrario, le hablas o susurras con dulzura al oído? Pues queda todo dicho.
No tiene una voz excesivamente expresiva ni atractiva.
Cumple, pero no me convence. Ni por estilo, ni por fraseo, ni por timbre ni por
su lenguaje corporal.
Cantó un único dueto con SERENA SÁENZ, la otra
artista invitada de la noche, “Caballero del alto plumero” de la “LUISA
FERNANDA” en el cuál, ambos intérpretes estuvieron más preocupados de la
parte escenificada que de la vocal. No puedo decir que lo cantaran mal, pero no
pasará a mi memoria como interpretación sublime de ambos.
La soprano SERENA SAÉNZ, salida del concurso de
ópera “Operalia” cuyo mentor es PLÁCIDO DOMINGO tiene buena madera de
artista, pero, creo que debe concentrarse más en la parte vocal que en la
estético-escénica. Si bien me fijé que tiene intención en el fraseo y deja muy
buenos detalles y matices en este sentido, no estamos hablando de una voz especialmente
bella, y sin embargo bella es ella físicamente.
Pienso que, si sabe explotar esos atisbos de expresión,
el material es bueno. Pero, necesita rodaje, aunque aparentemente, la ves
moverse en el escenario y puedes llegar a pensar que está muy rodada.
Siempre he pensado que siendo tan joven como es ella (y
hablo en general) a nadie engaña una cara bonita, unos ojos expresivos o un
bailoteo sensual en un ambiente en que el cuerpo pide más juerga que no arte.
El arte vocal se demuestra cantando, no falseando. Pero, para gustos, los
colores.
SERENA escogió un repertorio muy afín y adecuado a su voz
ligera, en el que sorteó el sinfín de coloraturas de “Me llaman la primorosa”
de “EL BARBERO DE SEVILLA” de Gerónimo Giménez o los picados de “En un
país de fábula” de “LA TABERNERA DEL PUERTO” del maestro Pablo Sorozábal.
Su único dueto con el Maestro DOMINGO fue el pasodoble
de “LA DEL MANOJO DE ROSAS” de Sorozábal, “Hace tiempo que vengo al
taller”, realmente bien cantado por ambas partes.
Y acabó sus intervenciones con un bis de la zarzuela cubana
del maestro Roig, “CECILIA VALDÉS” en la que la música ya por si sola invita
al baile y que se lo marcó como si fuera una cupletista. Un ejemplo de aquello
que decía antes, quieres bailar, baila, pero vete a bailar al Molino, no en un espectáculo
de zarzuela. No está reñido el saber moverse en el escenario con ser artista,
pero todos los extremos pican y personalmente me sobró. Fue un poco como disfrazar
el sabor del calamar con un buen rebozado.
El bis de ISMAEL JORDI fue mi queridísimo “Bella
enamorada” de “EL ÚLTIMO ROMÁNTICO” de Soutullo y Vert, al que le pasó
algo similar que lo ya explicado en el “Flor roja”. Y me va a perdonar, y con
todos mis respetos para el artista jerezano, pero, nunca jamás he escuchado
esta romanza tan bien cantada como a PLÁCIDO DOMINGO. No le quiero quitar
méritos a JORDI, para nada, simplemente téngase en cuenta que las
opiniones vertidas aquí, todas ellas, son cuestión de gustos.
Con el Maestro cantó el dueto de la “MARINA” de
Arrieta, “Se fue, se fue la ingrata” donde contrastaron bien las voces en las intervenciones
conjuntas, y, los tres artistas al unísono, concluyeron el programa oficial
cantando el dueto de “EL GATO MONTÉS” a tres voces, de aquellas cosas
que, solo pueden salir de la cabeza de PLÁCIDO DOMINGO. Y JORDI dejó que el
Maestro se luciera con su arranque “Torero quiero ser”.
El bis de Domingo
Había cantado ya el “No puede ser”, por tanto, como bis
ya no procedía.
Se cantó “Maravilla”, otras de las que, junto con la
anterior, siempre están presentes en sus conciertos.
¿Qué sorpresa nos tenía preparada PLÁCIDO DOMINGO?
Mentiría si dijera que no había especulado con posibles
opciones de bises… Siendo en Andalucía, y cuando en Andalucía se está en la provincia
de Málaga, lo lógico era pensar que, aunque muy lejos de la zarzuela, PLÁCIDO
nos ofreciera una versión del bolero-mariachi “LA MALAGUEÑA”, pero no… Decepción
por parte de alguna persona del público, fue alguno de los comentarios que
escuché cuando nos dirigíamos a la salida una vez finalizado el espectáculo.
Creí también que podría cantar “LA MORENA DE MI COPLA”
con la que dos años atrás en Sevilla se vino abajo la Real Maestranza. Pero
tampoco… Entonces… ¿cuál? ¿Cuál quedaba de las que a PLÁCIDO le
apasionan?
Y si, los que le conocemos bien sabemos que hay otra que
está entre sus predilectas, porque nada más oír los primeros compases confirmó
lo que estábamos pensando. “El granado” sobrenombre por el cuál sus compañeros
de colegio le bautizaron por cantar “GRANADA” de Agustín Lara siempre y
por todos los rincones, como la zarzamora, fue la guindita que coronó el pastel.
Qué bien que la cantó y cómo desplegó todos los recursos vocales y expresivos,
y de fraseo que tanto me gustan y, que correspondí con un estruendoso y
emocionado aplauso.
“Granada” puso punto final a dos horas cortas que me dejaron,
como no podía ser de otra manera, con ganas de otra. Otra, a lo mejor -y esta
vez sí podría ir de veras- que podría sería la última. Recemos para que no sea
así.
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