¡Gracias por existir!
Hoy día 21 de enero, todos los amantes de la ópera, pero sobretodo los que
lo somos del arte de Plácido Domingo, congratulamos su 76 aniversario.
La pretensión de esta entrada es intentar ser breve y concisa, difícil
empresa cuando se trata de hablar de la voz de este inconmensurable artista. Me
uno, evidentemente a las felicitaciones que el Maestro Domingo ha recibido y
recibe en este día, y las que aún le quedan por recibir. Por tanto, desde lo
más profundo de mi corazón, Maestro, le deseo un feliz cumpleaños y mucha
salud.
Pero en semejante día, y después de las ya raídas felicitaciones, siempre
las mismas palabras y los mismos deseos, en esta ocasión quiero ir un poco más
allá, y darle las gracias.
Las GRACIAS en mayúscula porque con su edad, Plácido Domingo aún nos
emociona, aún nos enamora y aún conserva el poder y la magia en su voz, en su
mirada y en su expresión para hacernos sumergir una y otra vez en este mundo
que él adora y del que alimentamos nuestros días monótonos y repetitivos.
Y hoy, rememorando su cumpleaños, me viene a la mente una canción del
italiano Eros Ramazzotti.
¿Y sí, se puede pensar qué tiene que ver Eros con Plácido? Musicalmente,
poco. Estilos diferentes. Voces, completamente distintas. Pero, las letras,
sean de canciones populares, o bien sean grandes palabras de ilustres poetas y
libretistas, unen. Hoy, en el día del cumpleaños del Maestro Domingo, del más
grande, me permito hacer un guiño a Ramazzotti y a su canción “La cosa más
bella”… Escojo el fragmento para mí más sobrecogedor y revelador, aquél que
hace retroceder el tiempo hasta mis infantiles 10 años:
Recuerdas el día que te canté
fue un súbito escalofrío
por si no lo sabes te lo diré
yo nunca dejé de sentirlo.
Contigo hace falta pasión
no debe faltar jamás
también maestría pues yo
trabajo con el corazón .
fue un súbito escalofrío
por si no lo sabes te lo diré
yo nunca dejé de sentirlo.
Contigo hace falta pasión
no debe faltar jamás
también maestría pues yo
trabajo con el corazón .
“¿Cómo empezamos? Yo no lo sé…”- reza la canción en su inicio para
finalizar con un “Gracias por existir”.
Yo sí sé cómo empezó todo, cómo empezó aquella historia que no tiene fin. Y
agradezco al cielo su existencia. Lo que está claro es que, si Plácido Domingo
no existiera, el mundo de la ópera, y el mundo entero, tendría que inventarlo.
¡Feliz cumpleaños, Maestro!
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