¡Felicidades, A.A.O.S! Enhorabuena, Sabadell.
Ganas. Ilusión. Entusiasmo.
Compromiso y responsabilidad.
Adjetivos que montaje tras
montaje han caracterizado a los A.A.O.S. y hoy no puedo empezar a hablar de
ellos sin transmitirles mi más sincera felicitación. Decirles que salí
entusiasmada ayer por la tarde de la Faràndula y darles las gracias por tener
el coraje de afrontar una obra tan difícil de montar, no sólo a nivel escénico,
sinó también a nivel vocal.
Estamos en tiempos de crisis,
venimos escuchándolo desde hace más de tres años y lo venimos sufriendo, y por
ello es más que loable que en estos momentos se monte una obra tan faraónica, y
nunca mejor dicho como “Aida”.
No se representaba en el
escenario vallesano desde 1998, si no voy equivocada, pero ha valido la pena
esperar y rencontrarnos con una ópera tan magnífica como esta.
Los grandes teatros quizás no
hubieran podido afrontarla, pero en Sabadell sí. Sabadell es una ciudad de
retos, y els A.A.O.S responden a los mismos. Con un presupuesto ínfimo dan
siempre lo mejor de sí, y siempre gracias a los profesionales con los que
cuentan en esta casa: evidentemente me estoy refiriendo al tándem CARLES ORTIZ-JORDI GALOBART, que sacan
partido a todo: decorados y vestuario reciclados, un buen juego de luces de NANI VALLS y esto no sería posible sin
la confianza que les brindan desde la A.A.O.S.
Tengo que quitarme el
sobrero. Ya podrían aprender los señores del Liceu… en Sabadell no nos hacen
falta grandes presupuestos para dignificar a la ópera y para hacer disfrutar al
público. Y encima, nos mantenemos… de momento.
“Aida” es una obra que tiene
el éxito asegurado: grandes escenas corales archiconocidas, ballet, vistosidad,
etc… pero también tiene momentos intimistas alejados de lasmacroescenas a la
que todos asociamos para esta gran ópera y realmente tiene que hacerse muy mal
para no provocar en el público ningún escalofrío.
Los decorados, a base de
telas transparentes a blanco y negro en las cuales había colosos egipcios y
jeroglíficos jugaban bien como separadores de escena, a destacar sobre todo la
escena de coronación de Radamés, donde al fondo del escenario se divisa, entre
estos velos, a la sacerdotisa invocando al dios Fthà.
Hubo de todo, trono real y
ballet que vino a sustituir la marcha triunfal por falta de extras, recurso
acertado, ya estaba el escenario demasiado cargado como para hacer desfilar a
tres comparsas que hubieran rallado el ridículo de una escena en que es
permisible que salga de todo, incluso en algún montaje, caballos.
Pero si hubo una escena que
me gustó especialmente fue el diseño de la tumba de Radamés y Aida en forma de
triángulo y con escaleras, y mientras ellos entonaban su “Oh terra addio, addio
valle di pianti”, Amneris llora la muerte de su amado encima la tumba, dando la
sensación de que en la escena había dos niveles.
Respecto al vestuario,
predominó el rojo, el blanco de los sacerdotes, y evidentemente el negro. Algún
que otro desajuste, por ejemplo Amonasros, el padre de Aida no iba pintado de
negro; Radamés más que un soldado egipcio parecía un samurai y fue a combatir
con el pueblo etíope sin espada. Todo ellos detalles sin importancia que no
merman en absoluto el mérito de la representación.
La OSV estuvo dirigida en esta ocasión por otro habitual, y querido,
de la casa: el italiano ELIO ORCIUOLO
que respiraba siempre con los cantantes y supo controlar muy bien el volumen de
la densa orquestación verdiana, y especialmente inspirado en las escenas más
intimistas.
El coro dirigido por su
titular, y también director de orquesta, DANIEL
MARTÍNEZ GIL DE TEJADA sonó, al igual que la orquesta, especialmente bien
en escenas que requerían menos volumen, sin embargo, en los momentos más
fuertes como el “Gloria a l´Egitto” y los dos concertantes finales del segundo
acto junto al resto de solistas causaron gran sensación.
El papel protagonista de la
obra, Aida, fue encomendado a la soprano canadiense, YANNICK-MURIEL NOAH, ganadora del Premio dels A.A.O.S en el
Concurso Jaume Aragall, celebrado en Sabadell el año 2010.
Es una buena voz sin ser de
una belleza extraordinaria y tiene hecho el personaje. Sabe reducir la voz y
saca volumen cuando es necesario, lástima que en algún momento me daba la
sensación que la voz le quedaba colocada en la garganta, sobretodo en el
registro medio-grave.
Correcta a nivel escénico se
llevó una gran ovación a la finalización de la obra.
Radamés fue interpretado por
el tenor coreano JI MUYUNG HOON,
también ganador de un premio en el Concurso Jaume Aragall en el año 2006. Me
sorprendió su voz puesto que puede soportar, sin dificultad aparente, una obra y un personaje tan difícil.
En algún momento, sobretodo
al principio, me pareció que le faltaba un poco de aire pues cortaba bastante
las frases, pero continuó el resto de la obra sin ningún tipo de problema
vocal. Al menos, yo no aprecié ninguno.
Lo que sí que se echa en
falta en obras como esta es un poco más de implicación en el personaje, a nivel
expresivo con la voz (había algún momento que cantaba un poco como una
máquina).
A diferencia del resto de sus
compañeros, escénicamente el tenor no existió. Se plantó en el escenario a
cantar, pero no a actuar. Quizás aquí sí que se hubiera necesitado un poco la
“vara” del director de escena.
MARIA LUISA CORBACHO como Amneris, después del tenor, mí personaje preferido de “Aida”. Es
una mujer enamorada que sufre por un amor no correspondido, y llora y suplica y
se arrodilla a pesar que es la hija del faraón.
A mí gusto, empezó un poco
desigual. Me faltaba ese carácter que se espera de un gran personaje como es
Amneris.
La voz no es especialmente
nada del otro mundo, hay graves pero justos, sin embargo el agudo es bastante
suficiente. Pero le falta un poco de corporeidad a la voz especialmente en el
registro central.
Su interpretación ganó a
partir del segundo acto, y escénicamente suplió alguna carencia vocal, hasta
erigirse en una de las triunfadoras de la tarde.
Junto a ella, destacar las
intervenciones, aunque breves, del barítono ISMAEL PONS. Me convenció como Amonasro, y su voz respondió
perfectamente a las exigencias del papel. Como ya pudimos comprobar en su
reciente actuación en el Homenaje a la zarzuela, Pons está en un momento vocal,
para mí, dulce. Su recia voz de barítono llenó de autoridad al teatro.
IVÁN GARCÍA,
interpretó a Ramfis, pero para mí gustó quizás le faltó un poco de profundidad
para un personaje como el sumo sacerdote egipcio.
Breve intervención del tenor
barcelonés ALBERT DEPRIUS como
mensajero y como siempre efectivo el bajo MARC
PUJOL, en esta ocasión como Rey y padre de Amneris.
Caso a parte es el de la
soprano EUGENIA MONTENEGRO en el
papel de sacerdotisa. Desde la A.A.O.S le van dando oportunidades a esta
soprano que se está convirtiendo en una auténtica, de momento, secundaria de
auténtico lujo.
En resumen una muy
recomendable función que viajará en breve a Lleida,
Girona, Reus, St. Cugat, Vic, Manresa, Viladecans i Granollers dentro del ciclo
de “Ópera a Catalunya”, y que si tenéis oportunidad, no lo dejéis escapar.
La próxima producción, y la
última de esta temporada en Sabadell, llegará el mes de abril con “Romeo y
Julieta.
Comentarios
Realmente me alegro, y mucho, del éxito de la ópera de Sabadell. Exito más que merecido por el trabajo continuado, el entusiasmo y la dedicación demostrada.
Tienes razón, ya podrían ir tomando ejemplo otros teatros que, con mayores posibilidades, olvidan que, la prioridad de un teatro de ópera es hacer disfrutar a sus abonados.
BRAVO AMICS DE L'ÒPERA DE SABADELL!!
Sabadell, capital de la ópera en Catalunya!!!!
Pues desgraciadamente, y muy a pesar mío, no tuve la oportunidad de verlo, ya que en esa fecha por motivos profesionales, estaba fuera.
Tampoco he leído ninguna reseña en prensa local para poder almenos comentarte como fue.
Por cierto, gracias por esperar mi comentario.
Un saludo,