La zarzuela reluce y brilla más que nunca en Sabadell
Soprano, tenor y barítono de primera calidad.
Zarzuela… de la buena.
Dúos y arias que difícilmente se escuchan a menudo en los
conciertos.
Todo ello aliñado por la Orquestra Simfònica del Vallès y
con la guarnición del Cor dels Amics de l´Òpera de Sabadell.
Con este cóctel de ingredientes el resultado de la receta no
podía ser otro que el de “bocatto di cardinale”.
Si se me permite esta jocosa introducción, Sabadell, los
sabadellenses y algunos venidos de las cercanías, vivimos el domingo pasado en
el Teatro de nuestra ciudad una tarde de aquellas que, sin lugar a dudas,
personalmente, voy a tardar en olvidar. Por muchos motivos.
Que profeso un gran amor por la zarzuela, es por todos
sabido, que intento no perderme ni una, también, pero cuando además está bien
interpretada y se canta a conciencia, no se echan de menos los decorados, el
vestuario ni la escena. ¿Para qué, si con las voces me es suficiente?
Por segundo año consecutivo, desde la A.A.O.S se ha tomado
la decisión (dura, me imagino) de llevar a cabo “su” particular homenaje a la
zarzuela. Ya desde el año 2005 han desfilado títulos como: “Doña Francisquita”,
“Luisa Fernanda”, “La cançó d´amor i de guerra”, “La rosa del azafrán”,
“Marina” y “Maruxa”.
El año pasado se sustituyó un título completo por un
concierto con cantantes habituales de la casa, y dado el éxito obtenido (y –
por que no, también decirlo-) los recortes sufridos en los presupuestos, la
Faràndula se vestía ayer de gala con un público ávido de música y con ganas de
pasar 2 horas y media (qué rápido pasaron) disfrutando de lo mejor de nuestro
género.
DANIEL MARTÍNEZ GIL
DE TEJADA que en esta ocasión ejercía de director de orquesta y del coro
–del cual es titular- abrió la primera parte con el Preludio de “El tambor de
Granaderos” de Ruperto Chapí, del cual debo destacar el buen balance musical
así como las intervenciones del metal.
Su dirección fue enérgica y al tener la orquesta encima del
escenario, el habitual volumen de la Simfònica no se interpuso en la voz de los
intérpretes, dándonos la oportunidad de apreciar todas y cada una de las notas
cantadas sin que estos se vieran ahogados por el sonido.
La primera intervención vocal corrió a cargo del barítono ISMAEL PONS que interpretó la romanza
de Vidal Hernando de la “Luisa Fernanda” de Moreno-Torroba “En una dehesa de la
Extremadura” junto al coro. Volumen, seguridad y un buen fraseo marcaron su
interpretación, apostando por el final “alto”
en lugar del final en el que se mantiene la nota.
Y claro, arrancó los primeros “bravos” de la tarde.
Pero… qué tendrá la voz del tenor que nos fascine tanto… CARLES COSÍAS, salió al escenario para
interpretarnos una pieza que raramente se escucha en concierto y -en ocasiones
muy puntuales- en disco: “Bella niña de ojos negros y carita de azucena…” de la
zarzuela del maestro Alonso “Coplas de ronda”.
Como bien dice el título de la obra, coplas de ronda, una
hermosa serenata en la cual Carles pudo lucir su bello y dulce timbre. Además
supo transmitir muy bien –con la cara y también gestualmente- la romanza. Se
notaba que la estaba disfrutando al cantarla, la estaba viviendo.
Seguidamente, la madrileña SAIOA HERNÁNDEZ, a la cual tenemos también el privilegio de
escuchar frecuentemente en Sabadell, se estrenó con “Tres horas antes del día”,
de “La marchenera” de Moreno-Torroba, arropada por una breve introducción
coral.
Saioa tiene un volumen de voz considerable, y además el
fraseo es más que notorio, puesto que se le entiende todas y cada una de las
palabras que está cantando. Agudos recios y bien colocados con un sentido
extraordinario de la musicalidad.
Después del preludio de “La Verbena de la Paloma” y de sus
archiconocidas “Seguidillas”, CARLES
COSÍAS se metió en la piel de Rafael Ruiz “El Macareno” y SAIOA HERNÁNDEZ en el de Soleá, torero
y gitana respectivamente, personajes ambos de la obra del maestro Penella “El
Gato montés”.
Punto a favor: se empezó el dúo donde particulamente me
gusta que se empiece, “Vaya una tarde bonita…” para dar paso al resto de la
pieza. Y qué genial es ese trozo “Qué graciosa es mi gitana, qué preciosa, qué
bonita…”
Pues lo mismo podríamos decir de la interpretación de
Cosías. O la de Saioa, con su bello “Sí te quiero”…
Sólo me faltó al inicio ese “Soleá!” antes de que la gitana
empiece con su “Me llamabas Rafaelillo?”.
Oles cómplices entre los dos cantantes, y en el teatro
empezaba a subir ya la temperatura.
Inmediatamente después, ISMAEL PONS cantó la preciosa romaza de “La del soto del Parral” de los maestros Soutullo y Vert, “Ya mis horas felices”, que tan de moda se ha puesto últimamente y no es por menos porque da muchas posibilidades al intérprete de lucirse en una infinidad de registros y “tempos”. Apostó por un “tempo” pausado que considero que es mucho más adecuado para dicho fragmento.
Particularmente, me hubiera gustado en su “Vivo, dominando
mi pena” un poco más de suavidad e intención, rozando un hilo de voz, pero
afortunadamente cada intérprete es diferente y todas las interpretaciones
válidas. Y los gustos personales es otro mundo.
Puso el punto y final a la primera parte una zarzuela
también, desgraciadamente, poco representada: “La leyenda del Beso” también de
los maestros Soutullo y Vert. Y digo desgraciadamente por la dificultad que
encierra esa obra de la cual se popularizó en su momento su “Intermezzo” con la
adaptación hecha por el grupo “Mocedades” en su canción “Amor de hombre”.
De nuevo SAIOA
HERNÁNDEZ exhibió su registro vocal y dicción. Me gustó especialmente en
este fragmento por la variedad musical que encierra y porque de las notas más
altas pasa a las centrales, haciendo el canto de Amapola, el personaje femenino
de la obra, mucho más desgarrador, temperamental, como temperamental es el
carácter de la gitana que interpreta.
Acompañada en todo momento por el coro, el resultado no
podía ser mejor. Aplausos y bravos para la soprano madrileña.
Después de 30 minutos de descanso, el maestro GIL DE TEJADA, batuta en mano y puro en
la boca, interpretó con el acompañamiento del coro una de las dos únicas piezas
de la tarde que no había escuchado nunca: “Si es en el hombre un vicio el de
fumar…” de “Los sobrinos del Capitán Grant” de Fernández Caballero.
Siguió otro de los momentos más especiales de la tarde: el
dueto de Auroa y Germán de “La del soto del Parral”, también fragmentos de
aquellos que cuesta que canten en concierto. Este dueto encierra una dificultad
tremenda, sobre todo, a mi modesto entender, para la soprano pero lo cierto es
que SAIOA HERNÁNDEZ lo interpretó de
manera soberbia: qué seguridad, qué voz no cayendo en la trampa de presentar
una Aurora frágil sino un personaje revestido de seguridad pero que encierra
esa debilidad por dentro. Pero no lo exterioriza.
Por su lado ISMAEL
PONS puso voz a Germán, al hombre torturado por una promesa hecha a su
mejor amigo y que por guardar el secreto que la misma encierra, casi le cuesta
el matrimonio con su esposa.
“De zagal mí sueño fuiste”… sonó especialmente bien, y he de
decir que de las veces que le he escuchado ha sido el día que más me ha
gustado.
Sin embargo, su “Ay Aurora yo te quiero”, a mi gusto, le
faltó un poco más de impetuosidad y de convicción, pero eso, ya son gustos
personales.
La primera tanda dedicada a la “Doña Francisquita” de Vives
vino de la voz de CARLES COSÍAS con
una excelente ejecución de la romanza de Fernando Soler. Cambio de tono en sus
“Por una puerta del alma va saliendo la imagen muerta”… “Por otra puerta llama,
la imagen qué podría curarme el alma…” quizás para mí junto con “Se me entra
por los ojos y a veces sueño que yo la adoro…. Cariño de mí alma recién nacido,
la llama extingue ah…” el momento más bello de la romanza, sin olvidar esa
“vana ilusión…”
Creo que Carles siente especial devoción por esta romanza,
la más bella de toda esta magna zarzuela.
Algo que me gusta destacar de este cantante es que además de
tener un timbre bello el fraseo y su dicción son dos armas poderosísimas que
posee y abogo por que desde teatros con más renombre se fijen en él (me consta
que ya hay de esos), pero se merece una gran oportunidad en un gran teatro. Y
puestos a pedir, que sea en Barcelona.
La lástima es, egoístamente hablando, es que cuando esto
ocurra, vendrá con menos frecuencia a Sabadell, y los perjudicados seremos
nosotros, los sabadellenses.
El coro de los Románticos de la misma zarzuela dio paso, sin
movernos de Madrid a la preciosa zarzuela del maestro Serrano “Los Claveles”, de
la cual SAIOA HERNÁNDEZ interpretó
la romanza de Rosa, “Qué te importa que no venga”, que dicho sea de paso,
escuché en “stereo”, puesto que las señoras que tenía al lado no dejaron de
corear ni aún apercibiéndolas de que hicieran el favor de bajar la voz o
callar.
No optó por el final agudo, terminó en reposo, y en estas
piezas de temperamento es donde encontré a Saioa más cómoda.
Seguidamente sonó la romanza de la zarzuela “Maravilla” del
maestro Torroba. Su intérprete fue ISMAEL
PONS y para ser sincera, fue en la interpretación que me gustó menos la que
más se alejaba de su estilo, y quizás también por estar acostumbrada a
escucharla en tonalidad de tenor.
Tras “Maravilla”, de nuevo el teatro se desbordó en aplausos
cuando CARLES COSÍAS entonó el bellísmo
“Pirineu, tes blanques comes” de la zarzuela de Martínez Valls “La cançó d´amor
i de guerra”, obra que ya interpretó el mismo Carles, íntegramente, en el año
2007.
Tocó la fibra del público al ser una romanza cantada en
catalán de una zarzuela que es muy querida en Cataluña. Su interpretación fue
muy diferente de la que escuché en ese ya lejano 2007: no apostó por terminar con el agudo de rigor
(y me pareció buena decisión) ya que no es necesario exhibir agudos para que el
público aplauda cuando hay muchas cosas que se pueden destacar en la
interpretación de un cantante, como el saber frasear, el saber interpretar
dando sentido a cada una de las palabras, acentos y matices que encierran arias
y romanzas que duran normalmente, menos de 3 minutos y medio.
A pesar de ello por su línea “Pirineu dolça serra, tota
plena de neu”, pensé que de la manera en como lo atacó iba a acabar en “forte” pero afortunadamente me equivoqué.
Y dejamos el Pirineu para irnos a Zamora con “El cantar del
Arriero” de Díez Giles, que en los años 90 interpretaron de forma integral els
Cors de Sarsuela de Sabadell al mando de Mª Teresa Boix.
El fragmento escogido fue el concertante final del primer
acto “De la ruta de Zamora”, que repasa todas las melodías ya escuchadas en el
transcurso del primer acto: “Cómo quieres que el arriero al llegar, vuelva a grupas
cuando a tu puerta llamó, no le niegues ese calor de hogar, que tanto soñó al
andar por estos caminos de Dios...” o el célebre “La moza de Sanabria, es moza
fiel en amores...”
Ya se sabe que en las zarzuelas el papel protagonista se
otorga al barítono, y el tenor, en la mayoría de ellas queda relevado a un
segundo plano.
No así ocurre con obras como “Doña Francisquita”, “Luisa
Fernanda”, o “Bohemios”, y encontraríamos más, pero lo cierto es que en este “Cantar
del Arriero” el tenor tiene poco a decir a parte de un dueto con Mariblanca en
el segundo acto.
SAIOA (Mariblanca),
COSÍAS (Anselmo) e ISMAEL PONS (Lorenzo)
junto con el coro, concluyeron, “oficialmente” el programa.
Un concertante importante y difícil (por eso se canta y se
representa poco esta fantástica zarzuela) que arrancó grandes bravos del
público que llenaba la Farándula.
Pero claro, el público quería más, no era suficiente y no
teníamos ganas de marchar, así es que, cada uno de ellos nos regaló una pieza
en el capítulo de las propinas.
La primera intervención fue a cargo de CARLES COSÍAS que interpretó la célebre romanza de Leandro de “La
tabernera del puerto” del maestro Sorozábal: “No puede ser”, que – como el
propio tenor apostilló – nunca puede faltar en un concierto de zarzuela. En
esta ocasión no la escuché en “stereo” al cien por cien, pero si que desde la
fila de detrás iban apuntándole la letra a Cosías, que de sobras, todos
conocemos.
Seguidamente SAIOA
HERNÁNDEZ interpretó el conocido “zapateao” de “La Tempranica”, tan
popularizada por la gran Montserrat Caballé: “La tarántula é un bicho muy malo”.
Y finalmente, una de las piezas más preciosas escritas para
barítono en el mundo de la zarzuela: la canción del platero de “La Parranda” de
Alonso. Al oir cuando lo anunciaba el propio ISMAEL PONS no pude contener un sonoro “ostres ja era hora...!” que
debió escucharse en las filas más próximas.
De nuevo tuve que escucharlo en efecto “stereo”...
Yo también me la sé y no la tarareé... qué poco respecto a
los artistas y al público.
La otra pieza del programa que no conocía fue, precisamente
la misma con la que se concluyó definitivamente el concierto, un concertante
breve que puso punto y final a 2 horas y media de buenos intérpretes y música.
Eché en falta en el programa autores como Jacinto
Guerreo, Pablo Luna, Usandizaga o Guridi, y obras tan preciosas como “La rosa
del azafrán”, o “Bohemios” o “La del manojo de rosas”... bueno supongo que será
en otra ocasión.
Dice el refrán que “nunca segundas partes fueron buenas”...
mí opinión es muy distinta puesto que comparandólo con el concierto de la
temporada pasada, por intérpretes y por calidad vocal, pero también por
repertorio, fue evidentemente superior.
Simplemente mejor interpretado.
Tardes de aquellas que sales satisfecha del teatro hay
pocas, pero el domingo fue una de ellas. Y para aquellos que se lo perdieron, el próximo día 11 de diciembre se volverá a ofrecer el concierto en el Auditori de Sant Cugat.
La próxima cita con els A.A.O.S será con la dificilísima “Aida”
en el mes de febrero.
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