Homenaje a la Zarzuela en Sabadell
Tarde de zarzuela ayer en nuestro Teatre de la Faràndula, la segunda de las propuestas de l´Associació d´Amics de l´Òpera de Sabadell para esta temporada.
En esta ocasión, se presentó un concierto de homenaje a este género que tanto quiero ya que con él nació mí amor por la música y por la ópera.
Sin duda decir “Zarzuela” en Sabadell es ya sinónimo de teatro lleno y de éxito total: piezas conocidas, con cantantes asiduos de la casa y un sinfín de melodías populares que van pasando de generación en generación. Lástima que siempre caigan, a la hora de escoger el repertorio, en los mismos tópicos de siempre, o, casi siempre.
Este concierto se ha podido ver dos veces en Sabadell y también podrán disfrutar de él en el Teatre Auditori de Sant Cugat del Vallès el próximo 13 de diciembre a las 19.00h. Para los que lo hayan escuchado y quieran repetir, ya saben; y para los que aún no lo han hecho o se lo están pensando, se lo recomiendo.
No puedo dejar, no obstante, de comentar un poco la frialdad del acontecimiento, y no por parte del público, enloquecido con un enorme griterío de bravos ya desde la primera pieza. Me estoy refiriendo un poco a los cantantes, sobre todo en lo que se refiere al capítulo de las propinas, puesto que a pesar de los repetidos y sonoros aplausos, sólo nos regalaron un bis.
Pero entremos de lleno ya en el concierto.
La Orquestra Simfònica del Vallès y por el Cor dels Amics de l´Òpera de Sabadell, ambos bajo la batuta del maestro DANIEL MARTÍNEZ GIL DE TEJADA, sonaron para mí estupendamente, con gran detalle de matices sobretodo en la ejecución del Intermedio de “Las Bodas de Luis Alonso” de Gerónimo Giménez, que a penas a un par de compases de finalizar, las palmas del público iban ahogando el sonido. Sonó en su justa medida sin caer en el error de anular vocalmente al cantante, como suele ocurrir cuando la orquesta está en el foso. Gran trabajo también realizado por el Coro, siempre bien conjuntado con los intérpretes en todas las intervenciones.
CARLES DAZA fue el encargado de abrir el concierto con la escena primera de “El barberillo de Lavapiés”, junto también con el Coro. No pude evitar pensar que esa “entrada” podía ser un agradable avance de la que pueda hacer en la cavatina de Fígaro de “El barbero de Sevilla” en las representaciones que concluirán la presente temporada de ópera en Sabadell.
Vestido con frac, elegante y con porte escénico, el barítono nos sorprendió con una “vis cómica” que desconocía hasta este momento. Seguro en su fraseo y dicción, y apoyado en unas notas centrales maravillosas, dio vida a ese Lamparilla, barbero de Lavapiés, vedel, comadrón y un sinfín de cosas más que él mismo se atribuye…
Realmente consiguió arrancar los primeros bravos de la tarde y no era para menos.
Siguió la mezzosoprano GEMMA COMA-ALABERT con “La canción de Paloma” de la misma obra. Correcta en su interpretación y también en intención, aunque no acabo de congeniar bien con su voz.
El famoso dueto “Africana, gitana, nacida muy cerca del puente de Triana” de “El dúo de la Africana” del maestro Fernández Caballero, llegó con las voces de la soprano jerezana MARIBEL ORTEGA y el toledano SERGIO ESCOBAR, al que pudimos escuchar recientemente en las pasadas funciones de “Rigoletto”.
Encontré a Maribel un tanto apagada, a pesar de que su Antonia tuvo cierta gracia con el acento andaluz que le corresponde, y respecto al tenor, aún teniendo una voz muy bien timbrada y un volumen considerable, éste siempre le juega una mala pasada porque todo, absolutamente todo lo canta no “forte”, “fortissimo” llegando a hacerse realmente cansado. Una verdadera lástima.
Tiempo de descanso para los intérpretes mientras que la orquesta ejecutó el Intermedido de “El baile de Luis Alonso” de Giménez, quizás no tan popular como su “primo-hermano” “Las bodas de Luis Alonso”.
De nuevo DAZA convertido ahora en Caballero de Gracia. Enfundado en su frac ofreció una buena versión de este vals tan popular que habla de un curioso personaje (que tiene además una calle dedicada en Madrid) que canta sus alabazas y sus virtudes por las calles de Madrid. Vaya, un señor que como dice el texto de la propia pieza “De este silvante la abuela murió”. Y le vino como anillo al dedo en esta pieza, por gesto y por actitud escénica.
Más de “La Gran Vía”, en esta ocasión con el archifamoso tango de la Menegilda en la voz de GEMMA COMA-ALABERT a la que le le faltó un poco de casticismo.
Y no nos marchamos de Madrid, porque a continuación MARIBEL ORTEGA y de nuevo CARLES DAZA se pusieron en la piel del Felipe y la Mari Pepa de “La revoltosa” de Ruperto Chapí.
Adoptando ahora un tono de seriedad y amargura como requiere el personaje (para mí mucho mejor así), Carles Daza hizo alarde de nuevo de sus medios vocales, con unos centros cremosos y exquisitos y con un extraordinario fraseo. A su lado, una Maribel Ortega mejor encuadrada que en su primera intervención y más suelta al lado de Daza, pintó una Mari Pepa más elegante que castiza.
Finalizó la primera parte con la jota de “La dolores” de Tomás Bretón en la voz de SERGIO ESCOBAR, que una vez más, derrochó volumen a diestro y siniestro.
Después de 25 minutos de pausa, la Orquestra Simfònica del Vallès arrancó, como he dicho antes, unos sonoros aplausos con el Intermedio de “Las Bodas de Luis Alonso”, que dieron paso a la romanza de “La Tempranica” de Giménez en la voz de MARIBEL ORTEGA con un timbre adecuado para la pieza y con un gran aplomo y seguridad.
“Ay ba, ay ba, ay babilonio, qué mareo” de “La Corte de Faraón” de V. Lleó amenizó un poco la velada en la voz de la mezzo GEMMA COMA-ALABERT, con buen fraseo pero sin demasiada picardía, a pesar de que su interpretación fue buena.
Y de Egipto al Vallespir, con la “Cançó de l´Avi Castellet” de nuevo en la voz de CARLES DAZA. Cómo ha cambiado su línea de canto desde que le escuché por primera vez esta pieza en la representación entera de la zarzuela en el 2007. Voz mucho más bella que entonces, más fácil diría. Fraseo como antaño, sello que lo caracteriza.
De nuevo el tenor SERGIO ESCOBAR con su atronadora voz, bien timbrada a pesar de todo, nos ofreció “su” particular interpretación de la preciosa romanza “Bella enamorada” de “El útimo romántico” de Soutullo-Vert.
Esta es mí romanza de zarzuela preferida, pero no cantada así... no se puede cantar “Noche de amor, noche misteriorsa” después de la intervención orquestal, a pleno pulmón como hizo. Enrique es un hombre enamorado que canta a su amada, y no se puede cantar algo tan delicado y romántico –el propio título lo dice “último romántico”- con ese exagerado volumen. No me convence esta versión.
“No corté más que una rosa” de “La del manojo de rosas” de Sorozábal fue una de las mejores aportaciones, a mí gusto, de la jerezana MARIBEL ORTEGA, bien fraseada, con matices, con el volumen justo y adecuado. Perfecta incursión en su “es que sin saber quien eras, cometí la locura, de quererte de veras”.
Y después de esta delicada romanza, la tan cantada “Las hijas de Zebedeo” y sus famosa “Carceleras” en la interpretación de GEMMA COMA-ALABERT, bien en su intervención y con un agudo final seguro.
De nuevo, de viaje, en esta ocasión a Murcia. CARLES DAZA junto con el Cor dels Amics de l´òpera, interpretaron este bello y famoso “Canto a Murcia” de “La Parranda” del maestro Alonso, con una dicción impoluta en la parte final de la romanza y como siempre unos centros poderosos.
Alonso dio paso a Sorozábal con “La Tabernera del puerto” intepretada por SERGIO ESCOBAR, tres cuartos de lo mismo: siempre demasiado fuerte.
Y finalmente se cerró la segunda parte con el precioso –y poco interpretado- concertante de “Los Gavilanes” del maestro de Ajofrín, Jacinto Guerrero, “Ya los tamborileros tocando están”, en la que junto a SERGIO ESCOBAR, el resto de cantantes hizo lo imposible para que se les pudiera escuchar, sobretodo CARLES DAZA que estaba al otro lado del escenario.
Qué bonita es “Los Gavilanes”... Semi-escenificaron un poco la pieza y salió bien: MARIBEL ORTEGA en el papel de Adriana, la madre de Rosaura –interpretada por GEMMA COMA-ALABERT-, SERGIO ESCOBAR encarnando el papel del joven Gustavo, enamorado de Rosaura, y finalmente CARLES DAZA en el papel de Juan, el indiano, que abandona sus lares para hacer fortuna y regresa al cabo de los años queriendo conquistar el amor de la hija de la mujer que en tiempos ha amó, y no es ni más ni menos que Adriana.
Las réplicas del barítono al tenor fueron solventes, seguras, muy metido en el papel, al igual que el resto de los intérpretes. Sugiero unos “Gavilanes” para el año que viene...
Un gran fin de fiesta que dio paso al único Moreno Torroba de la tarde en el capítulo de las “escasas” propinas: sólo una nos ofrecieron, “A San Antonio como es un santo casamentero” o lo que es lo mismo “La Mazurca de las sombrillas” de la “Luisa Fernanda”.
Entrada a todo volumen por parte de SERGIO ESCOBAR (que hacía pareja con MARIBEL ORTEGA y mucho más dosificados GEMMA COMA-ALABERT y CARLES DAZA. Se marcaron incluso cuatro puntos de... no sé qué bailaron, ya que mazurca no era, pero vals tampoco... así es que entre el uno y el otro, una mezcla de no se sabe bien qué.
A pesar de que el público lanzó bravos, los intérpretes no se animaron y se quedaron con esta única propina, fríos los cuatro y el público se quedó helado al ver que no cantaban más a pesar de las incesantes palmas. Para los curiosos, dejo un enlace a la web de TV3 de la representación del viernes por la noche.
Próxima cita “Los cuentos de Hoffmann” en la Faràndula.
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